FORMULA
PARA REZAR LA CORONA DE LAS CINCO LLAGAS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO CON
DEVOCIÓN Y PROVECHO
Tomado
de “Memorias tiernas, despertador afectuoso, y devociones prácticas con los
Dolores de la Santísima Virgen”
Dedícalo
el P. José Vidal de la Compañía de Jesús, prefecto de la Congregación de los
Dolores, en el Colegio de San Pedro y San Pablo de México.
Con
licencia en México, por Dña. María Benavides, Viuda de D. Juan de Ribera, en el
Empedradillo.
Año
de 1686
ORIGEN
Y MODO
Como
el glorioso Patriarca Santo Domingo y su esclarecida religión inventó, y con su
vigilancia ha adelantado la devoción del Rosario de la Santísima Virgen con
singular progreso, y utilidad de las almas, la Compañía de Jesús, en honra de
las cinco Llagas de Nuestro Señor Jesucristo, sacó su corona, y para rezarla,
en Nápoles y en otras varias partes, se fabricaron Rosarios particulares de
cinco quinarios, con sus medallas de las cinco llagas, los cuales aprobó la
Santidad de Paulo V.
Esta
Corona se compone de cinco partes, y en cada una de ellas se reza cinco veces
el Padre nuestro. Cada parte se remata con una medalla en que se reza un Ave
María, que todas juntas hacen cinco, para que, considerando los dolores del
Hijo, no se olviden los de su Madre. Y si quiere sacar mucho fruto de este
breve, pero útil ejercicio, medite con atención cada llaga, y después haga los
ofrecimientos siguientes, en los cuales hace eco, y corresponde el sentimiento
de Cristo al Dolor de la Santísima Virgen.
A
LA LLAGA DEL PIE IZQUIERDO
Señor
mío Jesucristo, yo adoro la santísima Llaga de vuestro pie izquierdo, os doy
muchas gracias por el dolor que padeciste con tanta caridad y amor, siento
vuestras penas y los excesivos dolores de vuestra Santísima Madre: os suplico,
me concedáis el perdón de mis pecados, de los cuales me pesa sobre todo pesar,
por ser ofensas vuestras. ¡Oh Bondad Infinita! Ya no quiero más pecar.
Convertid Señor a todos los pecadores a vos, y dadles a conocer la gravedad, la
fealdad y la maldad del pecado mortal. Amén.
-Se
rezan cinco Padres nuestros y un Ave María y Gloria Patri.
A
LA LLAGA DEL PIE DERECHO
Señor
mío Jesucristo, adoro la santísima Llaga de vuestro pie derecho, os doy gracias
por el dolor que en ella sufriste, con tanta caridad y amor, compadézcome de
vuestras penas, y del grave martirio de vuestra Santísima Madre, y os suplico,
que por ellas me concedáis fortaleza en todas las tentaciones, y perfecta
obediencia y conformidad con la voluntad divina. Consolad, buen Jesús, a todos
los pobres afligidos y perseguidos. Gobernad, oh Justísimo Juez, a todos
aquellos que se emplean en bien de las almas, así entre los fieles, como entre
los infieles. Amén.
-Se
rezan cinco Padres nuestros y un Ave María y Gloria Patri.
A
LA LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA
Señor
mío Jesucristo, adoro la santísima Llaga de vuestra mano izquierda, os doy
gracias por el dolor que en ella sufristeis, con tanta caridad, siento vuestros
dolores, y los de vuestra Santísima Madre, y por ellos os ruego, me concedáis
paciencia en todas las adversidades de esta vida, y os ofrezco todos mis
trabajos, aflicciones interiores, como exteriores, en satisfacción de mis
pecados, por los cuales tantas veces he merecido el inmenso castigo por todos
mis enemigos, a los cuales perdono con todo mi corazón, dan paciencia y salud a
los enfermos, aliviad a todos los agonizantes con asistencia de vuestra gracia,
para que no perezcan. Amén.
-Se
rezan cinco Padres nuestros y un Ave María y Gloria Patri.
A
LA LLAGA DE LA MANO DERECHA
Señor
mío Jesucristo, adoro la santísima Llaga de vuestra mano derecha, os agradezco
el dolor que ella sufristeis con tanto amor y caridad, compadézcome de vuestras
penas y de las de vuestra Madre Santísima, y por ellas os suplico, me concedáis
una firme y determinada voluntad de buscar mi eterna salvación, y perseverancia
final en la gracia, para asegurar el gozo que vos me habéis alcanzado con
vuestra santísima Sangre. Dad, buen Jesús, verdadero descanso a las almas del
purgatorio, perfeccionad más las almas santas y a vos agradables, que viven en
este mundo y que se ejercitan en esta devoción. Amén.
-Se
rezan cinco Padres nuestros y un Ave María y Gloria Patri.
A
LA LLAGA DEL SANTÍSIMO COSTADO
Señor
mío Jesucristo, adoro la santísima Llaga de vuestro Costado, os doy gracias por
las muestras de tan entrañable amor que me habéis dado, abriéndome vuestro
encendido corazón: compadézcome de vuestra afrenta y del dolor de vuestra
Santísima Madre, y por su intercesión os ruego, me concedáis vuestro puro y
santo amor, y perfecta caridad, para que, amándoos Dios mío sobre todas las
cosas, y a ellas por vos, y en vos, merezca esta alma por más indigna y
miserable que sea, aspirar y ser recogida en vuestro dulcísimo corazón.
Asistid, mi buen Jesús, a la Santa Iglesia, Esposa vuestra, al Sumo Pontífice,
y al clero, unidos todos en el vínculo de la divina voluntad, confundid a los
herejes, cismáticos e infieles, alumbradlos, para que conozca, adoren y amen
vuestra sola y eterna verdad. Amén.
-Se
rezan cinco Padres nuestros y un Ave María y Gloria Patri.
Madre llena de dolor
Haced que cuando expiremos
Nuestras almas entreguemos
En las manos al Señor.
OFRECIMIENTO
A LAS CINCO LLAGAS
Jesús de amores sagrario
Vuestras llagas veneremos,
Y en ellas contemplemos
Las rosas de este Rosario.
AL
PIE IZQUIERDO
Llorad ojos los pecados
Que mis pasos cometieron
Pues que llorar sangre hicieron
De Cristo, los pies sagrados.
Sea yo por ese raudal
Del pie izquierdo perdonado,
Y goce el derecho lado
En la sentencia final.
AL
PIE DERECHO
Porque el camino siniestro
Llevé siempre del pecado,
Ya tu mi Jesús me has dado
Camino por el pie diestro.
Pues esta Llaga es ya abierta
Por ella saldré del mundo,
Saldré de aqueste profundo
Laberinto, por su puerta.
A
LA MANO IZQUIERDA
Siniestras mis obras fueron
Las que con hierro inhumano
En vuestra siniestra mano
Llaga dolorosa abrieron.
Cerrarla a mi bien quería
Mi culpa, yo la confieso,
Pero manirrota al peso
Del yerro más bien se abría.
A
LA MANO DERECHA
Esta Llaga penetrante
Que en tu mano diestra está.
Alas y manos me da
Finezas y amor constante.
Yo mismo la Llaga abrí
De mi culpa al duro acero,
O muera cuando no muero
De acordarme que os herí.
AL
SANTO COSTADO
A Jesús muerto, y María
Viva, el corazón abrí,
A mí me pesa, ay de mí
Ciego era cuando esto hacía.
Pero válgame el Sagrario
Que yo mismo profané
En el mi Dios entraré
Con este Santo Rosario.
Esta
corona en honra de las cinco Llagas, que se compone de veinte y cinco Padres
nuestros y cinco Aves Marías y cinco veces el Gloria Patri. Está aprobada por
Inocencio VI, León X y Sixto V, que juntamente concedieron varias gracias, e indulgencias
a los que rezaren. Paulo V, en el año 1611, concedió cien días de indulgencias
a los que rezasen dicha corona.