DÍA
TRIGÉSIMO
SAN
MIGUEL ARCANGEL PATRÓN DE LA IGLESI A UNIVERSAL
MEDITACIÓN
PUNTO
1º.
Considera, alma mi a, que reconociendo
la Iglesia el poder, la excelencia y superioridad de Sn. Miguel sobre todos los
demás Ángeles, no ha vacilado en declararlo su Patrón y custodio, encomendando a
su vigilancia y cuidado á todos los fieles que constituyen la misma Iglesia.
Las funciones que este esclarecido Arcángel ejerce, no pueden ser más
importantes, pues según muchos santos Padres y autores piadosos, él vela
incesantemente por la conservación del Sumo Pontífice; combate contra los
enemigos invisibles de la Iglesia; designa los Ángeles custodios que han de
cuidar de las almas; defiende á la Religión de los lazos que la tienden los
herejes, protestantes, infieles é impíos; él está encargado de presentar
nuestras almas ante el terrible tribunal de la divina justicia en la hora de
nuestra muerte; él es, finalmente, el que hará resonar la trompeta en el juicio
universal, mandando legiones de Ángeles por las cuatro partes del mundo á
recoger las cenizas de los muertos para darles animación y vida. ¡Qué funciones
tan augustas y elevadas, dignas sólo del primer ministro de la Omnipotencia
soberana, del Príncipe de la Iglesia católica!
PUNTO
2º.
Considera que no en vano la santa Iglesia ha elegido á Sn. Miguel para su
patrono, pues que este poderosísimo Arcángel en todos tiempos y en todas partes
ha dado muestras inequívocas del celo que le anima por el bien de la Iglesia.
Entre innumerables rasgos de protección que pudieran citarse, bastará mencionar
uno que por su trascendental importancia vale por muchos y da ha conocer
claramente cuánto se interesa nuestro amado Príncipe por el buen nombre y
prosperidad de la Iglesia que tiene bajo su custodia. Cuando padecía la Iglesia
grandes trabajos en el pontificado de Pelagio, clamaban los celosos Prelados á
Dios por que se apiadase de su querida esposa la Iglesia y remediase los daños
que padecía. Se apareció entonces Sr. Sn. Miguel á los afligidos Prelados,
consolándolos y prometiéndoles que, en breve, después de la muerte de Pe agio,
tendrían un sucesor que remediara las necesidades comunes que padecía lo que á
la letra se realizó. Nuestro Arcángel no sólo es custodio fidelísimo de la
Iglesia en general y de todas las almas, en cuanto que las cuida á todas y
procura libertarlas de las garras inferna es, sino que también es protector
especialísimo de aquellas que le aman y le sirven de veras siendo sus más
fervientes devotas, a quienes en premio de su amor y fervor les ha revelado
muchas veces el día de su muerte, gracia singular con que han sabido prepararse
para la salida de este mundo. Al Abad Capracio se apareció y le dijo: que dentro
de dos días había de morirse, que se dispusiese. A San Wilfrido estando
muriéndose le vino á visitar este Príncipe vestido de una estola blanquísima y
le concedió salud milagrosa, advirtiéndole que después de cuatro años había de
morir, que para entonces volvería á visitarle El emperador Otón segundo, supo
de la boca de nuestro Ángel cuando fue a visitarle á Gargano, cuándo había de
morir. En fin, son innumerables los prodigios que se refiere ha obrado este
Santo Arcángel en favor de sus devotos seámoslo, pues, todos muy deveras para'
que nos asista durante la presente vida y sobre todo en el más terrible de los
trances en el de la muerte.
JACULATORIA
Ángel
de Dios, que sois custodio de la santa Iglesia, defendedla y protegedla
siempre.
PRACTICA
Cada
vez que oigáis la santa Misa, rezad juntamente con el sacerdote la oración á
Sn. Miguel que se acostumbra a rezar después de las Ave Marías, concluida la
Misa. Se rezan tres Padre Nuestros y tres Aves Marías con Gloria Patri y se
ofrecen con la siguiente:
ORACION
Soberano
Príncipe de la Milicia angélica, protector poderoso de la Iglesia católica,
Patrón universal de todos los fieles, glorioso Sn. Miguel, dirigid una mirada
compasiva hacia esta porción del rebaño de Jesucristo, alejando de ella á todos
sus formidables enemigos, así como alejasteis del cielo á los ángeles rebeldes;
confirmad en la fe de sus mayores á todo el pueblo mexicano, y haced que brille
par a la Religión y la Patria el día feliz del triunfo y de la gloria. Amen.
EJEMPLO
Refiere
Fr. Joaquín de Sn. Miguel Zapata en la novena que escribió dedicada á Sn.
Miguel Arcángel el siguiente caso: "Caminaba el Arzobispo D. Lope
Fernández de Luna á visitar la imagen milagrosa de la Sierra, en compañía de un
capellán suyo, cuando á deshora, antes de llegar á un pinar, camino de
Villarroya, oyó una voz triste que lastimosamente se quejaba, y creyendo era
ilusión, no puso atención: repitió la voz, y preguntando á su capellán si había
oídola, respondió que una voz lamentable era la que había percibido. Asegurado
el buen Prelado, le dijo que le siguiese. Caminaron é internando el bosque,
vieron, no sin admiración grande y asombro, una cabeza separada de un cadáver
que distaba algunos pasos de ella, la cual daba saltos; pero más se admiró,
cuando en voz alta habló de esta suerte: Arzobispo Lope, confesión: y
acercándose el vigilantísimo pastor á la cabeza, atendió a su confesión: y después
de haberle referido sus culpas y ser absuelto de ellas dijo: que la causa de
haberle favorecido el cielo con el confesor que pedía, había sido por la devoción
que en vida tuvo al Arcángel Sn. Miguel, al cual se había encomendado
fervorosamente, cuando una cuadrilla de enemigos suyos le habían herido de la
manera que le hallaban, conservándole milagrosamente, en la cabeza su vida; y
que el santo Arcángel le ofreció su asistencia hasta que se confesase; y dicho
esto, le faltó el aliento vital y murió.
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