CORONA DE VEINTICUATRO ADORACIONES EN HONOR
DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO PARA REPARAR LAS INJURIAS QUE SE LE HACEN EN LAS
VEINTICUATRO HORAS DEL DÍA
Obra escrita en francés por el Abate
Sylvain. Traducido al castellano por María de Echarri. Aviñón. 1900.
I.
Yo os adoro, Divinidad escondida, y os reconozco digna de todo
honor; yo os ofrezco en reparación de las impiedades cometidas en vuestra
presencia, las adoraciones que os rindió la Santísima Virgen, vuestra Madre, en
el primer instante de vuestra Concepción en sus purísimas entrañas, y os ruego
me hagáis la gracia de poder decir y cantar con ella por toda la
eternidad: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del
altar.
II.
Yo os adoro, Humanidad sagrada, y os proclamo infinitamente amable:
os ofrezco en expiación de las irreverencias cometidas en vuestra presencia,
los respetos de todos los Ángeles y Arcángeles con los cuales espero decir
y cantar: Sea por siempre alabado el santísimo Sacramento del Altar.
III.
Os adoro Jesús, dulce Salvador mío, y os reconozco
esencialmente eterno. Os ofrezco en reparación de las blasfemias que se
pronuncian delante de vos, las alabanzas de todos los coros de los Principados,
con los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el
santísimo Sacramento del Altar.
IV.
Os adoro, Soberano Señor del universo, y os reconozco totalmente
independiente de otro alguno. Os ofrezco, en reparación de mis faltas de
devoción cometidas en vuestra presencia, los piadosos afectos de las
Dominaciones, con los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre
alabado el santísimo Sacramento del altar.
V.
Os adoro, verdadero Rey de mi corazón, y os reconozco único
rey de los siglos. Os ofrezco en reparación de los actos de ira cometidos en
vuestra presencia, el celo de los Tronos, con los que espero decir y
cantar: Sea por siempre alabado el santísimo Sacramento del Altar.
VI.
Os adoro, vigilante Pastor de mi alma, y os reconozco infinitamente
bueno y amable. Os ofrezco, en reparación de las ignorancias groseras y
culpables con que os ofendemos diariamente, la sabiduría de los Querubines, con
los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el
santísimo Sacramento del Altar.
VII.
Os adoro, amado y único Esposo de mi alma, y os reconozco
inviolablemente fiel. Os ofrezco, en reparación de todas las tibiezas cometidas
en vuestra presencia, el entusiasmo de los Serafines, con los cuales espero
decir y cantar: Sea por siempre alabado el santísimo Sacramento del
Altar.
VIII.
Os adoro en la Santa Hostia, Amigo afectuoso y sincero, y os
reconozco único inmortal e inmutable. Os ofrezco, en reparación de mi
inconstancia, las esperanzas de todos los Santos Patriarcas con los que quiero
decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del
altar.
IX.
Os adoro, amabilísimo Padre mío, y os reconozco principio de todo
mi ser. Os ofrezco en reparación de las palabras pronunciadas contra vos, la fe
de los Apóstoles, con los cuales espero decir y cantar: Sea por
siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
X.
Os adoro, equitativo Juez mío, y os reconozco infinitamente
misericordioso. Os ofrezco, en reparación de las dudas que se han tenido sobre
vuestra presencia real en el Santísimo Sacramento, la firmeza de los
Evangelistas, con los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre
alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XI.
Os adoro, caritativo Pastor de mi alma, y os reconozco
infinitamente pacífico. Os ofrezco, en reparación de las venganzas concebidas
en vuestra presencia, la paciencia de los Mártires, con los cuales espero decir
y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XII.
Os adoro, benévolo Abogado, y os reconozco infinitamente poderoso.
Os ofrezco, en reparación de las negligencias cometidas en vuestra presencia,
el cuidado que de las almas han tenido los Pontífices, con los cuales espero
decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del
altar.
XIII.
Os adoro, Hostia sacratísima, y os reconozco como fuente de las
gracias y bendiciones que afluyen a nuestras almas. Os ofrezco, en reparación
de todos los robos efectuados en vuestra presencia, las limosnas hechas por
todos los santos Papas, con los cuales espero decir y cantar: Sea
por siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XIV.
Os adoro, dignísimo e incomparable Maestro mío, y os reconozco
infinitamente sabio y bueno. Os ofrezco, en reparación de todos los escándalos
que se han cometido delante de vos, el celo de todos los
santos Predicadores, con los cuales espero decir y cantar: Sea por
siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XV.
Os adoro, verdadero autor y conservador de mi vida, y os reconozco
eternamente glorioso. Os ofrezco, en reparación de todos los sacrilegios
cometidos en vuestra presencia, la devoción de todos los santos Confesores con
los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo
Sacramento del altar.
XVI.
Os adoro, verdadero pan eucarístico, y os reconozco más
agradable que todas las dulzuras de la tierra. Os ofrezco, en reparación de los
juramentos pronunciados en vuestra presencia, las palabras santas que por
vuestra gloria han dicho los santos Doctores de la Iglesia, con los cuales
espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo
Sacramento del altar.
XVII.
Os adoro, alimento celestial y divino, y os reconozco más
delectable que todos los frutos de la tierra. Os ofrezco, en reparación de los
excesos cometidos delante de vos, la sobriedad de los santos Anacoretas, con
los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el
Santísimo Sacramento del altar.
XVIII.
Os adoro, Hostia divina de propiciación, y os reconozco el más
liberal de los hombres. Os ofrezco, en reparación de las burlas que se han
hecho de vuestros sacerdotes, los homenajes que os rinden los demás Religiosos,
con los cuales espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el
Santísimo Sacramento del altar.
XIX.
Os adoro, precioso y saludable antídoto, y os reconozco infinitamente
poderoso para sanar a los pecadores. Os ofrezco, en satisfacción de todas las
distracciones tenidas delante de vos, los éxtasis y arrobamientos de todos los
santos Ermitaños, con los cuales, espero decir y cantar: Sea por
siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XX.
Os adoro, sagrado y eterno Sacerdote, y os reconozco digno de todos
los homenajes de los hombres. Os ofrezco, en reparación de las injurias hechas
a vuestras vírgenes, el amor de las Vírgenes santas, con las cuales espero decir
y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XXI.
Os adoro, incomparable sacrificador y sacrificio, y os reconozco
más digno del respeto que todos los sacrificadores que os han precedido. Os
ofrezco, en reparación de todas las acciones indecorosas cometidas durante la
santa Misa, los actos de amor y de respeto de las santas Viudas, con las cuales
espero decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo
Sacramento del altar.
XXII.
Os adoro, fuego inmortal, y os reconozco capaz de abrasar en
vuestras llamas los corazones de todos los hombres. Os ofrezco, en reparación
de todas las inmodestias cometidas ante vos, la pureza de todas las almas
santas, con las cuales espero decir y cantar: Sea por siempre
alabado el Santísimo Sacramento del altar.
XXIII.
Os adoro, Dios y Redentor mío muy amado, y os reconozco como
Salvador de todos los hombres. Os ofrezco en reparación de todos los malos
pensamientos concebidos en vuestra presencia, el continuo pensamiento de
vuestro santo amor en que se ocupan los Bienaventurados, con los cuales espero
decir y cantar: Sea por siempre alabado el Santísimo Sacramento del
altar.
XXIV.
Os adoro, Verbo divino escondido en la sagrada hostia, y os
reconozco único objeto digno de mi amor. Os ofrezco, en reparación de todas las
ingratitudes cometidas en vuestra presencia, el agradecimiento que os tiene la
gloriosa Virgen María, con la cual espero decir y cantar: Sea por
siempre alabado el Santísimo Sacramento del altar.